Tal día como hoy 12 de febrero, fue coronado como rey, en la catedral de la capital del Reino de León, Alfonso IV
ALFONSO IV (925-931)
+A la muerte de Fruela II hubo serias disputas entre los hijos de éste y los de su hermano Ordoño por hacerse con el cetro leonés. Hay historiadores que se inclinan por el primogénito de Ordoño, Sancho Ordóñez, otros lo hacen por su hermano Alfonso y otros aseguran que el sucesor fue el primogénito de Fruela, Alfonso Froilaz. Es posible que todos tengan su parte de razón.
Lo que sí es seguro es que hubo lucha por el Trono de León. En un principio, parece ser que el ganador fue el hijo de Fruela, Alfonso Froilaz, que algunos historiadores consideran que reinó entre los años 925-926. Algunas fuentes antiguas así lo aseguran. Pero su reinado, en cualquier caso fue efímero. Sancho Ordóñez, que estaba casado en Galicia, consiguió la ayuda de fuerzas gallegas y navarras. venciendo a Alfonso Froilaz, que tuvo que huir de León y refugiarse en Asturias.
Poco le duró la gloria a Sancho Ordóñez, su hermano Alfonso Ordóñez, ayudado por su suegro, el navarro Sancho García, que aportó importantes fuerzas, arrojaron del trono a Sancho, que se vio obligado a huir también, éste a Galicia, donde estuvo gobernando hasta su muerte en junio de 929
Debido a la brevedad de los reinados, tanto de Alfonso Froilaz, como de Sancho Ordóñez, considero que el sucesor de Fruela II en la Corona de León, fue el hijo segundo de Ordoño, Alfonso IV. llamado el Monje. Cuando ya llevaba un tiempo reinando tuvo que negociar con sus hermanos. Sancho y Ramiro, luego Ramiro II. Sancho puso en la negociación su derecho de primogenitura, pero Alfonso puso la fuerza navarra. Existe un documento en la Catedral de León, fechado el 22 de abril de 927 que dice que Alfonso IV estaba ya en el segundo año de su reinado.
Así pues, como sucesor de Fruela II, empezó a reinar el año 925 hasta el 931. Un hecho singular cambió la vida de este Rey: la muerte de su esposa Oneca, hija del Rey de Navarra Sancho I Garcés. Esta muerte le hizo caer en una fuerte depresión tan profunda que le impidió seguir dirigiendo los destinos del Reino. Llama a su hermano Ramiro, que reinaba en Portugal, le entrega la Corona, y se retira al Monasterio de Sahagún. De aquí le viene el sobrenombre de «el Monje».
Poco le duró la depresión a Alfonso, pocos meses después abandona el Monasterio y se hace proclamar nuevamente Rey en Simancas.
Ramiro, que estaba en Zamora, camino de Toledo para prestar ayuda solicitada por el Rey musulmán, regresó para combatir a su hermano. Alfonso IV se dirigió entonces a Burgos, camino de Navarra, donde él creía contar con buenos apoyos. Ramiro no le dio opción y le cogió prisionero en Burgos. Aprovechó la ocasión su primo Alfonso Froilaz para regresar de Asturias a León con el ánimo de recuperar la Corona perdida. Ramiro regresa a León y coge prisionero también a Alfonso, su primo, y a los hermanos de éste que le habían ayudado a recuperar el Trono.. A todos ellos, a su hermano y a sus primos les manda sacar los ojos con el fin de evitar nuevas rebeliones. Alfonso IV vivió recluido en el Monasterio de San Julián de Ruiforco (Ruiforco de Torío) hasta su muerte ocurrida dos años después, en 933 y allí fue enterrado.. (Cuevas Aller: Manual Práctico de la Historia de los Reyes de León)
El monasterio de Ruiforco fue mencionado por última vez en un documento fechado en el año 1526.
"En el monasterio de Ruiforco recibieron sepultura los siguientes miembros de la realeza leonesa:
-Alfonso IV el Monje (¿899?-933). Rey de León. Hijo de Ordoño II de León y de la reina Elvira Menéndez.
-Oneca de Pamplona (-931). Esposa del anterior e hija del rey Sancho Garcés I de Navarra y de la reina Toda Aznar. Fue la madre del rey Ordoño IV .
-Alfonso Froilaz "el Jorobado" (¿911?-¿932?). Rey de León y de Galicia. Hijo del rey Fruela II y de la reina Nunilo Jiménez.
-Ordoño Froilaz (¿?-932). Hijo del rey Fruela II y de su segunda esposa, la reina Urraca.
-Ramiro Froilaz (¿?-932). Hijo del rey Fruela II y de su segunda esposa, la reina Urraca.
Posteriormente, el rey Alfonso V de León ordenó trasladar los restos mortales de todos los miembros de la realeza sepultados en el monasterio de Ruiforco a la Basílica de San Isidoro de León."
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