El leonesismo civil, (Esllabón Lleonesista, Agora: País Leonés y Juventudes Leonesistas) se ha enfrentado el jueves y el viernes contra el "Desembarco" de la Fundación Villalar en la capital del Reino, y ha emitido un duro comunicado, contra la citada Fundación y su "Cabeza de Puente", el Diario de León.
Dicho comunicado publicado por TRIBUNA LEONESA, dice lo siguiente:
"Recientemente hemos sufrido la vergonzosa imagen de la presencia de la Fundación Villalar al club de prensa del Diario de León.
Esllabón Lleonesista, junto con otras asociaciones ya explicó públicamente a los medios el porqué del rechazo a la presencia, y también la existencia, de dicha Fundación.
Pero no solo el rechazo a la Fundación Villalar es suficiente para explicar esta afrenta a la sociedad leonesa.
Otros implicados entran en juego, que en ningún momento pueden alegar que no conocen cual es el pastel en el que se meten. Por una parte los representantes políticos leoneses que avalaron y asistieron al evento. Asistencia que no es gratuita, sin duda ninguna el gasto corre a cuenta de las arcas públicas. Es decir, que además de despreciar a los leoneses, hacen que sean los mismos los que paguen ese insulto. Pero a esto no es nada nuevo, el político cada vez se aleja más del ciudadano, así lo demuestran todas las encuestas, y la última que nos ha dejado el CIS lo vuelve a refrendar.
Por desgracia, a los ciudadanos solo se les permite cambiar de representantes cada 4 años.
Aparte de estos que se hacen llamar representantes de los leoneses, sufrimos la triste imagen de un Diario de León que no solo permitió que se usasen sus instalaciones, sino también colaboró de lleno en el evento.
Quede por delante que desde Esllabón Lleonesista no cuestionamos en ningún momento la profesionalidad y buen hacer de los trabajadores del Diario de León, ni de ningún otro medio de comunicación. Pero no así confiamos en la dirección del mismo.
Sin dudar en ningún momento que la dirección del Diario de León está al tanto de la realidad leonesa y la opinión que históricamente se tiene desde las tierras leonesas de la Fundación Villalar, no es comprensible que hayan permitido la falta de respeto que supone invitar a dicha Fundación.
Un Diario de León, que en el pasado publicaba contra esta Fundación, ahora parece ser que ha cambiado de opinión. Un medio que de una u otra forma decía ser leonés y para los leoneses, ahora va de la mano de quienes promulgan mentiras y se dedica a adoctrinar, manipulando, tanto la historia como la situación actual, destruyendo la identidad y personalidad leonesa.
Los leoneses nos preguntamos sobre todo, si el Diario sigue siendo de León y para los leoneses, o solo es lo que aparece en su cabecera y ahora a pasado a otras manos. Como leoneses, nos gustaría pensar que todo esto es un error con posibilidad de enmienda, de forma que el Diario vuelva a estar entre nosotros como ese decano de la prensa leonesa que presume ser.
Quizá la baja asistencia que el evento ha recibido haya sido muestra suficiente para que la dirección del Diario de León se haya dado cuenta que los leoneses no comparten ni aceptan tal desprecio.
Ante esto, preguntamos: ¿Que contraprestación ha recibido el Diario de León por alojar este evento, para haberse atrevido a admitir a esta Fundación que en el pasado ha llegado a criticar en varias ocasiones?
Porque nadie se cree que todo esto es gratis. Y en aras de volver a estar entre los leoneses, por lo menos debería de volver a sus orígenes e invertir lo ganado en realizar una penitencia en favor de aquellos a quienes va dirigido, desde hace más de un siglo, esta publicación.
Seguramente cualquier acto en favor de la cultura e identidad leonesa, tendrá más éxito, como se ha demostrado en otras ocasiones en eventos organizados por el Diario de León, que el fracaso del evento reciente a tenor de la paupérrima presencia de público.
Denominándose Diario de León, es a los leoneses, sin injerencias basadas en falsedades, a quienes ha de apoyar. Más en momentos en los que la cultura leonesa es relegada en todo momento a un segundo o tercer plano por quienes desde fuera solo quieren destruir lo que siglos de historia nos han dejado.
No queremos en ningún momento que el decano de la prensa leonesa deje de ser eso, leonés. Pero por supuesto no podemos callar ante quienes se acercan a quienes bajo la manipulación y la mentira se dedican al adoctrinamiento. Considerando que cualquier medio de comunicación, siga la línea editorial que siga, se debe a la verdad y el rigor periodístico, esperando que el Diario de León vuelva entre nosotros como se merece, demostrando que su largo siglo de historia no ha sido un espejismo.
Así mismo, esperamos que otros no caigan en la misma tentación, y en el futuro los leoneses no tengamos de lamentar otros tristes espectáculos como es acaecido estos días pasado."
También, nuestro compañero LEÓN AL MÁXIMO, dedico unas lineas a analizar el evento: http://leonalmaximo.blogspot.com.es/2014/02/fundacion-villalar-viaje-con-nosotros.html?spref=fb
León al Máximo
Aproximación al Leonesismo. Un sentimiento en la historia de un Pueblo
A través de lo leído, lo que sigue, más que una pequeña crónica, es, con el grado de opinión, un divertimento para desahogo y denuncia ante la amenaza que cada día se agranda más hacia lo leonés partiendo de los entresijos de la Fundación Villalar.
La presidenta de ésta, bueno es decirlo, atropelladamente, como huida, escamoteando su presencia en la calle, siguiendo una ruta bien estudiada, algo que pude presenciar, pudo entrar en la sala esquivando a los animosos leoneses, que, contra viento y marea, y nunca dicho con más precisión, dada la climatología adversa, con banderas leonesas y lemas de dignidad regional leonesa coreados, rechazaban de plano el desembarco “fundacional”.
La gran aventura de viajar
Si hubiera estado en la mesa redonda del enlace, donde sé que no era mi lugar, por grande, pero sobre todo por mi rechazo a la Fundación Villalar, no me hubiera opuesto a un vuelo tan alto como se nos muestra. Vuelo en miras y en distancia que abandona el suelo leonés, omitiendo nuestra primera obligación: conocer y dar a conocer lo propio, y luego llevar en la mochila nuestro mejor bagaje leonés allá donde vayamos. Lo malo es que estamos dejando que ésta nos la contaminen con el amancebamiento de lo castellanoleonés.
Lo leonés en poco más de dos puntualizaciones que veremos, y que debió ser el leitmotiv aunque no entrara en los presupuestos de la Fundación, para estar vivo y activo, apenas si asomó al escenario.
El editor y escritor Joaquín Alegre, puso el punto de mira en autores como Luis Mateo Díez, Julio Llamazares, Alfonso García, aunque no centrado de pleno en cuestiones leonesas, dando preferencia a “visiones viajeras”. Lo netamente leonés, cuasi silente, quedó apabullado por los “altos vuelos” viajeros, pues así convenía a los planes de la Fundación autonómica que patrocinaba el Congreso con dinero de todos, incluso el de los leoneses que padecemos el ninguneo institucional.
Un dato positivo. Todavía hay autores leoneses, con prestigio y personalidad que no quieren entrar en el juego autonómico creativo de una forzada personalidad castellanoleonesa que nos destruye como pueblo diferenciado a los leoneses.
Debo citar aquí con todo merecimiento a Julio Llamazares, que se negó a acudir a un encuentro tan postizo como inconveniente. Loado sea su coherente proceder.
También es justo liberar a quienes laboralmente cumplían su cometido.
No he podido leer que J.P. Aparicio hablara claramente de nuestro León, con un ápice de la garra que antaño solía poner en la defensa de lo leonés.
“El problema de León es que somos invisibles para nosotros mismos”, dejó dicho. Choca escucharlo, pues, los leoneses, hemos viajado de generación en generación con nuestra propia identidad, toda una aventura defensiva ante el poder castellano, que no ha merecido un mínimo respeto por la Fundación Villalar. Una institución autonómica organizadora del Congreso, aquí y ahora, más por incordio que otra cosa, que se niega a admitir nuestra identidad diferenciada; y quienes tienen capacidad y hasta “obligación” de hacerlo, para corregir desviaciones, se avienen, en una tolerancia inadmisible.
La invisibilidad de los leoneses, que ha señalado como un peligro, y grande, es algo, añadió, “que tenemos que arreglar como paso previo”. No sé para qué.
Querrá decir que no nos vemos, que no nos reconocemos como pueblo, y ahí puede tener razón, y debemos acudir a aquello de “heridas, capturas, pugnas etc.”, por él escritas, hablando de una identidad que estamos permitiendo que nos borren, nos anulen; he ahí la clave del error político de León y de los prohombres que lejos de asesorar, ayudar y acompañar al pueblo, lo abandonan siguiendo el juego de otros que tratan de amancebarnos.
No nos engañemos. Comprar voluntades es lo suyo, lo de la Fundación Villalar. Y en tanto haya quien siga mostrándose propicio a su juego estaremos entregándonos en cuerpo a sus manejos o participando en su dañino juego; aunque el espíritu, el de lo leonés, creamos que somos dueños de él, lo cierto es que cada día nos lo secuestran un poco más.
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