9 ene 2015

LAS MENTIRAS DE LA CASTA.

Muy esclarecedor el articulo publicado hoy en el Diario de León por JOSÉ-MAGÍN GONZÁLEZ GULLÓN.

http://www.diariodeleon.es/noticias/opinion/historia-leonesa-oculta_948031.html
JOSÉ-MAGÍN GONZÁLEZ GULLÓN | PERIODISTA RADIOFÓNICO 09/01/2015

Cada día son más numerosas e insistentes las voces que se alzan a favor de la reforma de la Constitución y del actual estado de las autonomías. Porque pasados los años es evidente que la Constitución se nos ha quedado obsoleta y las autonomías, surgidas por los intereses políticos y partidicas del momento, siguen produciendo entre la mayoria de los ciudadanos más disgustos y enfrentamientos que alegrías y concordias.

Basta con recordar el caso de León, la región y la provincia más perjudicada en el reparto al serle impuesta autoritariamente la anexión con Castilla, sin permitir que decidieran las urnas como ocurrió en otras provincias. Aquí, pese a las numerosas y multitudinaria protestas ciudadanas, ni siquiera fue permitida en un principio la autilización de la i griega para separar al menos el nombre de las dos regiones. A ninguna otra región, como a la leonesa, se le hicieron tantas promesas oficiales, a fin de apaciguar sus ánimos y tratar de convencerla. Recordemos que todas incumplidas pese a los repetidos intentos oficiales por olvidarlas.

Publicado está que León sería capital autonómica o de lo contrario sede de las Cortes regionales. Que las consejerías se repartirian equitativamente entre León y Valladolid. Y ya, para rematar el esperpento político, vino a León el entonces ministro de Cultura, Ricardo de la Cierva, y en entrevista concedida a Radio León, manifestó en nombre del gobierno de la nación que por lo menos el centro regional de TVE se instalaría en León lo que supondría la creación de al menos cuarenta puestos de trabajo. Esto por lo que se refiere al mayúsculo engaño político.

De la afrenta histórica, geográfica y económica que supuso negarle al viejo Reino de León al menos la autonomía uniprovincial, concedida entre otras a Logroño, Murcia o Pamplona, baste recordar la conversación, tan interesante como a veces tensa, que por aquellas fechas mantuvieron en una animada sobremesa el ex ministro leonés, uno de los inspiradores del mapa autonómico, Rodolfo Martín Villa, frente a los academicos de la española y también leoneses Ricardo Gullón Fernández y Valentín García Yebra junto al cronista oficial de nuestra provincia Luis Alonso Luengo. Tales fueron los argumentos que allí se expusieron a favor del antiguo Reino de León y dudando del acierto de las autonomías que el exministro terminó reconociendo que con León acaso se equivocaran. La impresión que nos quedó de aquella controversia fue que el Gobierno de la nación, de acuerdo con la oposición socialista, creyó que lo más conveniente en aquellos momentos, para frenar las ínfulas soberanistas de catalanes y vascos, era crear dos macroautonomías de voto tradicionalmente favorable a uno y otro partido político mayoritario. Una era la andaluza y la otra la que surgiría de unir a León con Castilla. A la vista está, pasados los años, el fracaso de tal objetivo y la sin razón de elegir a León como conejillo de indias.

El tiempo ha dado la razón a aquellos inolvidables intelectuales leoneses, ya desaparecidos, que se estaban haciendo eco del sentimiento mayoritario de sus paisanos. Por ello consideramos lógicas las voces que ahora piden que se revise aquella conveniencia política de antaño. Y porque las decisiones políticas, y más aun las partidistas, dificilmente pueden perpetuarse y menos aún cuando no se les permitió votarlas a los ciudadanos, como fue el caso de León.

Pueden imaginarse lo que pensarían los mismos personajes si hubiesen vivido y conocido el reciente acuerdo del gobierno autonómico retirando la subvención a la Casa de León en Madrid, uno de los centros regionales más antiguos y de mayor solera de los existentes en España, si no cambia su nombre por el de Casa de Castilla y León. Este es el escrupuloso respeto, tantas veces prometido, que se sigue manteniendo para la identidad leonesa. Simplemente vergonzoso. Añádanle a ello el sorprendente silencio que ante ello guardan los actuales primeros politicos leoneses, a los que suponíamos primeros guardianes y defensores de todo lo leonés, y convendrán en que la corruptela se manifiesta de muy diferentes maneras.

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