La catedral de la capital del reino.
La misma donde unos años antes se había coronado como Rey de León.
https://raigame.blogspot.com.es/2018/03/dia-10-de-marzo-coronacion-de-alfonso.html
Un "reportero" anónimo, (Que los investigadores sospechan. -Con muy sólidos fundamentos-. de el catalán Arnaldo, que llegó a León en el séquito de doña Berenguela y que después sería nombrado obispo de Astorga.) Nos relata con todo un lujo de pequeños detalles, el protocolo, las ceremonias litúrgicas y los festejos populares del acontecimiento...Hechos que D. Arnaldo, como acompañante de la Emperatriz, vio y vivió en "riguroso directo".
Sabemos de esta antigua catedral de León, que era una de las más espléndidas catedrales románicas de la península, demolida para construir la gótica actual, en los últimos años del siglo X y consagrada el 10 de noviembre de 1073.
Construida por el obispo don Pelayo II (1065-1085) sobre las ruinas de una anterior prerrománica, que fue destruida durante la invasión de Almanzor.
Su planta, y aún la parte inferior de sus muros, están debajo de la catedral actual, ya que esta románica fue derruida, para que sirviese de cimiento a la gótica.
Traducción del latín
por Luis Sánchez Belda
«En el año 1135, fijó el rey la fecha de celebrar concilio en la ciudad regia de León, en 26 de mayo, en la solemnidad de Pentecostés, congregando a los arzobispos, obispos y abades, condes y príncipes, jefes militares y jueces de todo el reino. En el día señalado, se reunió el rey con su esposa, doña Berenguela, su hermana la infanta doña Sancha; con ellos, el rey García de los Pamplonicas (Navarra). Obedientes a la indicación real, todos acudieron a León.
Se congregó también un gran número de monjes y clérigos y una inmensa muchedumbre del pueblo llano, deseosos de ver y de escuchar o de predicar la palabra divina.
En el primer día del concilio tanto las clases altas como las más populares se congregaron con su rey en la iglesia de Santa María y allí discutieron lo que se dignó inspirarles, en su bondad, Nuestro Señor Jesucristo, para la salvación de las almas de los fieles cristianos.
Cubrieron al rey con un manto muy rico, bordado exquisitamente; impusieron sobre su cabeza una corona de oro puro y piedras preciosas; le colocaron entre las manos el cetro.
El rey García le sostenía el brazo derecho y el obispo de León, don Arias, el izquierdo y, entre obispos y abades, lo llevaron al altar de Santa María entonando el “Te Deum laudamus” y aclamándole con vivas a Alfonso Emperador.
En el altar le bendijeron y celebraron la misa con rito festivo. Terminada la ceremonia cada uno regresó a su alojamiento.»
'El cortejo de los reyes de León'.
Antiguo Consistorio leonés
(Plaza San Marcelo, s/n)
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