No fueron 300, solamente 30. Sus armas fueron pacificas desbrozadoras, azadas, rastrillos, orcas y motosierras. Pero también lucharon bravamente por su pueblo, por su tierra.
Vecinos de Torre del Bierzo pidieron colaboración a sus amigos de Promonumenta y allí acudió Promonumenta, con 20 voluntarios de todos los rincones de la geografía. De la mesetaria Villaturiel a la montañosa Ercina. De la occidental Faba a la cercana Santa Marina de Torre.
En Montealegre de Villagatón, junto a la casa del imprescindible Manolo, se unieron a unos 10 vecinos de la comarca. Algunos ya viejos conocidos, de anteriores actividades culturales.
Les están esperando con sus herramientas y media docena de “todoterrenos”. Necesarios para poder acercar a trabajadores y herramientas, por unos viejos y destartalados caminos mineros, hasta el lejano despoblado.
El trabajo en común “facendera”, mereció la pena. Las calles del pueblo, totalmente intransitables por la enorme profusión de zarzas, escobas, arbustos e incluso arboles, fueron totalmente desbrozadas y despejadas, para poder transitar por ellas.
Una pareja de ciclo turista de montaña, “inauguro la obra”. Todo un símbolo y una posible solución, al abandono de estos maravilloso parajes.
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