El debate de la identidad leonesa regresó ayer al Hemiciclo, al Parlamento de la Comunidad, a las Cortes de Castilla y León. Lo resucitó, de nuevo, el procurador de la UPL, Luis Mariano Santos.
Su intervención defendiendo el «legítimo derecho a la autonomía» del Reino de León fue contestada por el presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, -Que como es habitual en los nacionalistas castispañoles- la vinculó al desafío catalán y sostuvo que «no es un buen momento» para impulsar «reformas constitucionales que favorezcan a los desleales» que «siempre quieren más» y «nunca estarán conformes», en referencia a los independentistas de Cataluña."El encargado de plantear en las Cortes autonómicas una reforma de la Constitución Española fue el portavoz de la Unión del Pueblo Leonés, quien indicó que es preciso abordar una reforma de la Carta Magna de 1978 en la que se escuche las «numerosas voces» que plantean la «crisis del modelo territorial impuesto» en Castilla y León en 1983, en el Estatuto de Autonomía.
Luis Mariano Santos expuso que su formación no es partidaria de hacer una reforma de la Constitución donde se «consolide el actual modelo territorial» y, en definitiva, dijo, donde se haga una reforma para que en el futuro «nadie pueda cambiar nada».
Fue entonces cuando el procurador leonesista hizo un alegato en favor del «legítimo derecho a la autonomía» del Reino de León, una «región histórica», apostilló, a la que se le «impuso» un modelo territorial «contrario a la identidad» de sus ciudadanos, que hoy es «preciso revisar».
El procurador leonés señaló que, además del «histórico problema identitario», en esta unión autonómica de Castilla y de León, los leoneses «siempre han salido perdiendo» en estos 35 años, como así se «evidencia» en los problemas que acucian a esta región, como «la despoblación, la crisis de las cuencas mineras o los numerosos problemas de los servicios sociales».
Ante todas estas reivindicaciones, el presidente de la Junta replicó en la sesión plenaria al dirigente de la UPL que esa estrategia de exigir la autonomía para el territorio de León es un «suicidio político», y le afeó traer este «eterno debate» de nuevo al Parlamento autonómico donde, le recordó al portavoz leonesista, que estaba sentado en «representación de todos los ciudadanos» de la Comunidad.
El presidente de la Junta le dijo además que él es partidario de plantear con «prioridad» otras iniciativas, como una «reforma de la financiación autonómica» o una «reunión de evaluación y seguimiento» de los acuerdos alcanzados en la pasada conferencia de presidentes.
Finalmente, Herrera recriminó a Santos plantear esta reforma de la Constitución con un «claro carácter electoralista», pues las elecciones de 2019 están a «la vuelta de la esquina» y «usted ya está calentando los motores», concluyó el presidente de la Junta.
De nada le valió a Luis Mariano Santos apelar a los datos que llevaba en cartera, con documentos gráficos incluidos, como «los 80.000 leoneses que salieron a la calle en 1984 a defender su derecho a decidir, eso que algunos partidos reconocen al pueblo catalán y niegan a otras regiones con más historia».
Santos aprovechó para criticar al PP y PSOE cuando recordó «lo que defendían aquellos que portaban pancartas que decían: ‘Somos socialistas pero antes leonesistas’, o lo que defendían los señores Amilivia y Morano». Fue entonces cuando mostró una foto histórica del Diario de León en la que, describió, ambos políticos estaban en la Plataforma Leonesista preparando la multitudinaria manifestación de 1984.
El leonesista recordó que «aún resuena en los oídos de los leoneses el artículo 143 de la Constitución donde se reconoce el ejercicio del derecho a la autonomía de las provincias con entidad regional histórica». ««La legitimidad del pueblo leonés proviene de sus derechos históricos y culturales inherentes a los territorios que componen el Estado español», añadió.
La Constitución española de 1978.
Título preliminar
Artículo 2
http://www.congreso.es/consti/constitucion/indice/titulos/articulos.jsp?ini=2&tipo=2
Santos se dirigió entonces a Herrera para sostener que había llegado el momento «de configurar un marco territorial en el que nadie se encuentre tensionado, de trabajar en esa reforma para hacer las cosas bien».
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