16 sept 2009

La filóloga leonesa Margarita Álvarez trabaja en la recopilación del habla tradicional de la Omaña baja y defiende su uso para evitar su desaparición



Reportaje efe


«Comí llosco y mantigones»


La filóloga Margarita Álvarez Rodríguez trabaja en la recopilación del habla tradicional de la Omaña Baja, para la que demanda una atención lingüística sistematizada similar a la que se ha hecho en otras comarcas leonesas. Para la filóloga y profesora «vivir en la aldea global no nos debe hacer perder nuestras raíces, ni nos impide mirar a nuestra aldea originaria».



La experta pronunció una conferencia sobre esta temática, en un acto organizado por el Instituto de Estudios Omañeses y por el Ayuntamiento de Valdesamario, en la que recordó que en La Cepeda, Luna, Maragatería, El Órbigo, etc, se ha prestado una atención más sistemática a la lengua autóctona. «Mi interés por la lengua de esta zona deriva mis estudios filológicos, pero, sobre todo, de mi amor a la tierra y a la lengua en la que aprendí a pensar», afirma. «Por los caminos de la vida he aprendido a utilizar cientos de palabras que no estaban en mi primer diccionario vital, pero ninguna de ha desplazado en mi mente a aquella otra que la precedió, más bien conviven en mí armónicamente», dice la filóloga. Para ella, es necesario conservar el tesoro lingüístico, «una lengua muy expresiva que puede llegar a desaparecer», de la que recordó numerosas expresiones: «Muchas veces comí llosco, mantigones, peras morgas, manzanas royas...; contemplé mondillas en las tierras recién sembradas; esparcí la hierba de los marallos; hice torcas o liviados...»



En el lenguaje popular de la zona -”advierte-” aún se conservan una serie de rasgos típicos del leonés, tanto de tipo fonético, como morfosintáctico y léxico como: diptongación en ie y ue en palabras que en castellano presentan e y o, respectivamente. Tambien alude al grupo consonántico pl que evolucionó en ciertos casos hacia ch y a la frecuencia del sufijo al en nombres femeninos de árboles frutales y en otras palabras, tales como manzanal, cerezal, castañal, guindal, brunal...




Atractivos de la lengua . Para la experta, uno de los atractivos de la lengua es la sonoridad de las palabras: «ajagayar, chupiteles, cuchiflitos, escalicatar, escatramundiar, junjurir, estrepetel, reburdiar, ajagüeiro, estimpanar, esberrizarse, esfarracar, esfarrapar, esperriar, esporpollar»



«Tenemos un tesoro lingüístico, esa lengua con y en la que aprendimos a pensar y que es parte de nuestra identidad personal, que puede desaparecer si los leoneses seguimos sintiendo complejo de inferioridad y dejándonos avasallar por la uniformidad lingüística», afirma.


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