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21 may 2021

DERECHOS Y LIBERTADES ANCESTRALES DEL PUEBLO LEONÉS


 “EL CONCEYU ABIERTU”

“Si se perdieran todas las leyes de España, continuarían los leoneses haciendo vida regular, al amparo de sus costumbres”
Nadie conoce el origen del Conceyu Llïonés pero todos los autores están de acuerdo en que se trata de una institución ancestral y popular.

“Sobre el origen del concillium o concejo abierto, que se impondrá a partir de la Edad Media en los territorios de los viejos reinos cristianos, todo parece indicar que no es herencia directa del municipio romano, en tanto en cuanto su desarrollo se sitúa en los siglos X-XII y como tal se puede considerar como una forma institucional altomedieval, creada y desarrollada bajo los nuevos condicionantes repobladores o de reconquista y en el marco de los reinos cristianos entre los que destaca la monarquía astur-leonesa”
Asegura LAUREANO M. RUBIO PEREZ. Catedrático de Historia Moderna. U.L.E. en su trabajo:
 “LA JUSTICIA PEDANEA, EL CONCEJO Y LA GESTIÓN DEL COMÚN COMO REFERENTES EN EL FUNCIONAMIENTO DE LAS COMUNIDADES RURALES DEL REINO DE LEÓN DURANTE LA EDAD MODERNA “


Nos dice León Martín-Granizo: “El Consejo, hoy como en lo antiguo, se suele reunir al toque de “turullo” (instrumento de cuerno que produce un sonido bronco al soplar), o más generalmente a “campana tañida”, pero siempre en los lugares tradicionales, de todos conocidos, siendo obligatoria la asistencia al mismo, bajo determinadas penas que se estipulaban en las “Ordenanzas o Libro del Pueblo”
Muchas veces el campanario del Conceyu era independiente del de la iglesia. En la foto restos del antiguo campanario de Piornero.
Para más información sobre campanarios concejiles
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Además los acuerdos solían ser validos, independientemente del numero de vecinos asistentes.

El Conceyu, tiene un procedimiento detallado en el “Libro del Pueblo” con sus determinadas normas de cortesía, no permitiéndose la asistencia al mismo, con armas ni palos, a no ser las cachavas de los ancianos, teniendo el orador que exponer sus argumentos descubierto.
Estando todos obligados a respetar al “Regidor” una especie de moderador que en casos de discordia o alboroto, hasta podía imponer multas a los contraventores.
Así decían las ordenanzas de Villamoros: “Iten que ningún vecino estando en Concejo tenga osadía de jurar, maldecir ni inquietarse, y si no obedece al Regidor, se le exijan ademas otros cuatrocientos maravedises”.
 
La mayoría de las penas impuestas por contravenir las Ordenanzas, solían pagarse en vino, vino que bien era bebido en las Facenderas (trabajo comunal en obras comunes para el pueblo) o al finalizar las asambleas. En muchos concejo se bebe en vasos o copas de plata, con el nombre del pueblo grabado en ella.
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 Los Regidores eran elegidos y autorizados por el pueblo y en poblaciones grandes podía haber incluso dos vecinos, elegidos como regidores.

Martín -Granizo en su libro : “La provincia de león-Paisajes, hombres, costumbres y canciones” León-1929, describe otros cargos de menor importancia.
Los Excusadores eran los encargados de sustituir a los regidores.
El Fiel de fechos, tenia como misión ejercer de secretario
Los Taxadores eran los encargados de determinar el valor de los daños causados por el ganado y velar para evitar la propagación de enfermedades entre los rebaños.
Empate; o se suspendían o aplazaban aquéllos, nombrando se en algunos casos dos miembros o más para el estudio y resolución de determinados asuntos, lo que se denominaba “Ponerse de regimiento”, dándose también a las personas que en ellas intervenían el grafico nombre de “Acordadores”.

De estas Ordenanzas populares para el justo aprovechamiento de los bienes comunales, salieron instituciones tan democráticas, sostenibles y sociales, como el aprovechamiento de los bosques mediante los llamados “Quiñones” o “Suertes”. Servicios de prestación de trabajo personal en beneficio de la colectividad, como la “Facendera”  con medidas de policía y limpieza como la de “uso del fuego”, la “limpieza de fuentes” “arreglo de caminos”, revisión anual de las “piergolas” y de los humos.
El 17 de Octubre de 2009 los vecinos de Valdepolo auxiliados por la A.C. ProMonumenta, realizan una de sus tradicionales "facenderas" para descolmatar, limpiar y poner en funcionamiento, la histórica fuente romana de su pueblo.

Se citan las ordenanzas concejiles del pueblo de Cabrillanes que ya se aplicaban, al menos,  en el siglo XVI donde se recogen normativa sobre la repoblación forestal y se reglamenta ya entonces la “Fiesta del Árbol”.

Al amparo del "Conceyu" nacieron instituciones tan humanas y solidarias como la “Requisa de ancianos”. Una visita a los ancianos a principios de invierno, para asegurarse de que aunque vivieran solos, están provistos – y sino suministrarles- de todo lo necesario; comida, leña…..etc. para aguantar un posible aislamiento prolongado, debido a posibles temporales de nieve, que dificultaran su cotidiano socorro.

P.G.T. cita la "Requisa de Ancianos" y otras costumbres similares, en un artículo publicado en 1979 en el semanario leonés "CERANDA"

Otra institución benéfica y en este caso dirigida exclusivamente a los forasteros, era el llamado “Palo del pobre”  que obligaba a su portador a dar posada gratis por una noche al que pasara de camino. No solamente pobres, sino cualquier persona. Conocemos el hecho de que principio de los años 70  un montañero que equivoco su camino a Carmenes, debido a la ventisca, llego perdido y al oscurecer a  Canseco. En este pueblo le acogieron hasta el día siguiente, con tal sentido de la hospitalidad y respeto a las antiguas tradiciones, que prácticamente le obligaron a quedarse sin permitirle desandar su camino, en aquella noche con tal nevada.

Nos contaba por aquellos años el viejo molinero de Carmenes, que el citado “Palo” era una vara tallada -llabrada-  y con cintas de colores que se colgaba de una ventana bien visible para que el caminante pudiera verla y supiera a que casa recurrir en su necesidad. Colgaba de esa fachada hasta que el propietario daba hospedaje por un día a un necesitado, al día siguiente se la pasaba a su vecino, que la colgaba en su ventana. Así uno tras otro, recorría el listado de todos los vecinos con casa en el pueblo.

Otras costumbres solidarias existían en todos los Argüellos, como auxiliar al vecino que se le quemo su cuadra. Comprando entre todos la carne de las reses que se tuvieran que sacrificar y acogiendo las que quedaran vivas entre todas las cuadras vecinas, mientras se reconstruía la incendiada. Reconstrucción que solía hacerse en Facendera y al dueño solo le permitían sus vecinos, que pagase el trabajo colectivo, con una comida para todos.
Estas y otras ancestrales costumbres, describe Maximiliano González Flórez en su libro: “La Montaña de los Argüellos” León 1978.


Ya decía en 1929 Martín-Granizo en su libro: “Todas estas instituciones y otras muchas que no citamos…...”
Normas y costumbres que durante siglos fueron y son acalladas por un centralismo feroz y despótico. Un centralismo que siempre intento e intenta, restar capacidad y poder a los vecinos, en beneficio propio, en beneficio de unos lejanos gobernantes que desconocen la tierra, la gente y sus costumbre. Pero que desean evitar a toda costa, que los vecinos gestiones sus propios bienes comunales como siempre lo han hecho, de una manera tradicional, cercana y trasparente.

Unas costumbres que un pueblo ha sabido mantener durante siglos, pleiteando contra la rapiña de poderosas ordenes militares, nobles de diverso ”pelo” y monasterios de diversas “ordenes”.  Y que han dado como resultado, unos leoneses despiertos intelectualmente y resueltos en sus convicciones. 

Un pueblo “reglamentarista” que diría Javier Callado. Un pueblo respetuoso con las leyes. Con “las sus Lleis”.
 
Con las "sus" leyes en la mano, han acudido a la UNESCO para que les reconozca, lo que los diversos gobiernos de España nunca les reconocieron. Que ellos son - y no los garrulos que les tildan de “paletos” o “cavernicolas”,- los precursores del sistema parlamentario más antiguo del mundo.

Bibliografía: "la Provincia de León. Paisajes, hombres y canciones" de León M. Granizo.






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