Esta vez los pronósticos meteorológicos se cumplieron. Profetizaron lluvias, y tuvimos lluvia desde el minuto cero.
Ermita de Buen Suceso. La lluvia da una tregua, pero la niebla ya se puede ver en los altos del Fontañán. Foto: Chema V.
A pesar de todo, casi una veintena de sufridos montañeros, comparecieron a las 10:00 de la mañana en La Pola de Gordón, dispuestos a reivindicar una montaña natural y libre de los gigantescos “aspavientos” eólicos.
Divididos en pequeños grupos de seis personas, comenzamos la ascensión a través de unas caleyas inundadas por la incesante lluvia y unos empinados senderos, convertidos en toboganes de barro.
Al llegar a la peña no mejoro la adherencia del suelo, la pulida caliza resbalaba tanto o más que la hierba o el barro.
Llegados al alto de La Gestrosa, pudimos observar no solamente que las cumbres del cordal estaban veladas por una espesa niebla, sino que ademas, a la vez que nosotros subíamos, ella bajaba hacia el valle.
En todo momento se intento mantener la máxima distancia entre los participantes.Foto: Eduardo J.
Foto Eduardo. Subida reivindicativa al Fontañán
A la vez, el buen juicio sanitario, nos impedía caminar juntos.
Así que, como lo que no puede ser, no puede ser y ademas es imposible………...Decidimos aplazar la subida, hasta otra fecha con condiciones más favorables.
La incesante lluvia – Y los tiros que oímos de cazadores- nos disuadieron totalmente de entrar en la niebla.
Nos hicimos unas fotos en la construcción derruida que hay junto al muy deteriorado cartel
informativo sobre la Aviación de la Guerra Civil. Restos derruidos, que unos opinan que fue una construcción bélica y otros un corral – o tal vez haya sido las dos cosas-
Y por temor a más resbalones en las rampas de barro por las que subimos, seguimos a Eduardo por un camino del “carbayal” que conduce a la fabrica de dovelas. Desde allí, por la carretera, volvimos hasta los coches, donde nos despedimos hasta la próxima actividad.
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